1. Árbol de Navidad blanco: Un árbol de Navidad blanco tiene esa magia especial que tanto nos gusta. La clave está en jugar con las texturas y tamaños. No queremos que termine siendo un rejunte de cosas colgadas sin orden. No pueden faltar piñas y un toque de nieve falsa. Sumá adornos blancos bien grandes, piñas de distintos tamaños, ramas invernales y copos de nieve brillantes. Ah, y acordate de lacinta: una que baje desde la punta hasta la base del árbol, ¡queda divino!

2. Árbol de Navidad rojo: un clásico que nunca falla. Si hay algo que grita "Navidad", es un árbol decorado en rojo. Con adornos y muchas luces, este color es sinónimo de fiestas. ¡Un arbolito natural con detalles rojos es infaltable! Nos encantan las botas navideñas, autitos vintage, mini regalitos y, por supuesto, las clásicas bolas rojas. ¿Querés darle un toque más cálido? Mezclá rojo con dorado. La combinación crea un ambiente súper acogedor, ideal para disfrutar en familia. Sumá detalles dorados, flores de pascua bien vistosas y una cinta ancha que envuelva el árbol. ¡Queda soñado!





3. Árbol de Navidad azul. Este año, el azul se viene con todo en la deco navideña.
Algunos diseñadores están dejando de lado el clásico rojo y se animan a colores
menos tradicionales, como azul, blanco roto, amarillo o verde oliva.¿Querés un
árbol azul elegante y canchero? Sumá estrellas, ángeles y bolas brillantes en
tonos fríos, como el plateado. ¡No te olvides de algunos toques naturales, como
piñas, para darle equilibrio! El resultado es un look sofisticado y original,
bien distinto a lo de siempre.

4. Árbol de Navidad dorado: puro brillo y calidez. ¡Tu deco navideña puede ser bien cálida! Un árbol dorado es
siempre un golazo. Usando solo tonos cálidos, vas a lograr un espacio lleno de
luz y energía, sin importar el clima. ¡Brillante, vibrante y súper festivo!