1. Tonos claros para ampliar:
Colores como el blanco, beige o gris claro son perfectos para baños pequeños. Reflejan la luz y dan una sensación de amplitud. Además, son súper versátiles: podés combinarlos con otros tonos y sumar detalles de color en los accesorios o la deco. ¡Queda genial!
2. Contraste con acentos:
Si bien los tonos claros son clave, animáte a sumar contrastes con colores más intensos. Podés pintar una pared en un tono oscuro o usar azulejos con diseños llamativos en un sector del baño. Esto le va a dar personalidad y estilo sin recargar el espacio. ¡Probalo!
3. Luz natural y artificial:
Fijate cuánta luz natural entra en tu baño y cómo se complementa con la iluminación artificial. Si tenés mucha luz natural, los tonos claros la potencian y agrandan el espacio. En baños con poca luz, los colores cálidos son la mejor opción: crean un ambiente más acogedor y agradable.